Biocidas desinfectantes
Son productos químicos compuestos de una o varias sustancias que favorecen el acceso de los activos biocidas hasta los microorganismos con el objetivo de eliminarlos.
Para hacer una correcta desinfección es importante identificar previamente el microorganismo a eliminar para poder elegir correctamente el desinfectante adecuado (no todos los desinfectantes controlan ni mucho menos todos los microorganismos nocivos), así como conocer el tiempo mínimo de contacto necesario para que el producto biocida desinfectante consiga eliminar por completo el patógeno en cuestión.
Una vez identificado el microorganismo y elegido el desinfectante adecuado y su dosis, también es importante elegir la forma de aplicación del mismo: inmersión, pulverización, nebulización, y termo nebulización son las más habituales, ya que una incorrecta técnica de aplicación, puede producir un resultado deficiente.
Como norma general, una correcta desinfección necesita de un correcto estado de limpieza previo, ya que los desinfectantes pueden degradarse al entrar en contacto con suciedad o materia orgánica. Para que la desinfección sea eficaz, se debe proceder a una buena limpieza antes de aplicar los productos.
Gracias a los adelantos de la química, la bioquímica, la microbiología y la biología molecular, los mecanismos exactos que rigen la acción de los desinfectantes empiezan a ser conocidos, y actualmente contamos con una metodología científica para realizar los tratamientos de desinfección. La desinfección es una ciencia en evolución. Nuevos productos han aparecido en los últimos tiempos, como las espumas que ayudan a las materias activas a contactar mejor con los microorganismos, los nebulizadores que distribuyen más homogéneamente las aplicaciones de desinfectantes, y los compuestos sintéticos complejos.
- Normas básicas de desinfección
- Materias activas desinfectantes más comunes
- Tratamientos de desinfección contra coronavirus – 3d PESTCONTROL
- ¿Cuándo recomendamos realizar tratamientos de desinfección contra el coronavirus?
- Limpieza previa de superficies.
- Elección del biocida, dosis, y método de aplicación adecuado.
- Epis de protección para los aplicadores.
Cloro y compuestos Clorados: El más conocido de esta familia es el hipoclorito sódico comúnmente conocido como “lejía”. Los compuestos clorados actúan por oxidación de las estructuras proteicas de la membrana celular de los microorganismos, destruyendo su permeabilidad selectiva. El inconveniente mayor que presentan es que son corrosivos y oxidante de metales. Debe pues prestarse atención a la concentración más adecuada según sea la utilización.
Los compuestos oxigenados (libres de cloro): El más conocido es el agua oxigenada. Tiene la ventaja de no contener cloro, ser eficaz momentáneamente y ecológico (en su acción se descompone formando agua común). El inconveniente es que es poco persistente en el tiempo.
En este grupo se incluye también el ácido per acético que es un buen desinfectante con gran espectro de acción frente a gérmenes y que no es corrosivo con los metales.
Los Aldehydos: El más conocido es el formaldehydo, o formol.
Actúan por desnaturalización de las proteínas y los ácidos nucleicos de los microrganismos, aunque no está autorizado su uso para este fin al estar catalogado en la lista de sustancias y preparaciones cancerígenas.
Los Alcoholes: Los dos más utilizados son el etanol y el isopropanol o alcohol isopropílico. Tienen la ventaja de su baja toxicidad pero el inconveniente de su bajo espectro desinfectante. Deben emplearse en concentraciones superiores al 70%.
Amonios cuaternarios: No son corrosivos en PH neutros. En cambio generan espumas, lo que en muchos casos limita su utilización. Otra desventaja es que su efecto esporicida es nulo.